Dos trabajadoras de una finca en el corregimiento de San Cristóbal encontraron un escenario aterrador en el que su líder, un hombre de 75 años, estaba amordazado y muerto.
Las trabajadoras encontraron a la víctima, identificada como José Ignacio Quevedo, al llegar a la finca y descubrieron que todo estaba cerrado. Al llegar, se encontraron con un río de sangre y, por último, el cuerpo sin vida de su líder, quien estaba atado de pies y manos con cables de teléfono celular.
Según las autoridades, el cuerpo se encontraba en el lugar durante varios días y presentaba múltiples heridas causadas por arma blanca. A pesar de las sospechas de un posible robo, la naturaleza precisa del ataque aún está siendo investigada.
La zona rural de Medellín ha sido afectada por este suceso y las autoridades están trabajando arduamente para descubrir las causas e identificar a los responsables del delito.